¿En qué puede contribuir la calefacción central a terminar con el derroche energético? El presente artículo recoge algunos de los datos recopilados por diversos organismos oficiales, y opiniones de algunos de nuestros clientes, a través de los cuales intentaremos dar respuesta a esta interrogante.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), en una comunidad de propietarios, la calefacción y el agua caliente pueden suponer más del 60 por ciento de los gastos comunes. Teniendo en cuenta estas cifras, con una buena gestión y mantenimiento de los servicios comunitarios se pueden conseguir ahorros medios superiores al 20 por ciento.
Cuando se trata de grandes edificios residenciales, los sistemas de calefacción centrales -frente a los sistemas de calefacción individuales- tienen múltiples ventajas en lo que se refiere al ahorro de la factura energética, entre ellas:
- – Como las comunidades de propietarios con sistemas de calefacción central deben contratar grandes volúmenes de combustible, habitualmente pueden optar a descuentos en las tarifas. Por otro lado, los gastos de mantenimiento preventivo y correctivo se reparten entre todos los vecinos, por lo que los costes tienden a ser más económicos.
- – Además, el rendimiento de la caldera centralizada suele ser mayor que el de las calderas individuales, al no producirse continuos encendidos y apagados, como sucede en las viviendas particulares.
- – Adicionalmente, si se realiza una correcta gestión energética de la instalación, los vecinos podrán disfrutar del nivel de confort que desean alcanzar pero consumiendo un menor volumen de energía.
La envolvente térmica
No hay que olvidar, sin embargo, que la envolvente del edificio también juega un importante papel en que se produzca o no un derroche energético de la instalación. Los edificios mal aislados térmicamente se enfrían en invierno por lo que, para conseguir el confort deseado, el sistema de calefacción deberá funcionar con más intensidad, lo que supone un importante derroche energético.
Según cifras de Guía práctica de la energía para la rehabilitación de edificios editada por el IDAE, “para cualquier edificio de más de 20 años o insuficientemente aislado, se estima aconsejable una rehabilitación térmica con la que podría alcanzarse, fácilmente, un ahorro del 50% de la energía consumida en calefacción y/o refrigeración”.
Las rehabilitaciones energéticas son necesarias
Según un informe del Ministerio de Industria publicado en 2015, un 84% de los inmuebles en los que se solicitó el certificado de eficiencia energética, obtuvieron una baja calificación (E, F o G). Esta circunstancia aleja a España del cumplimiento de los objetivos previstos por la Directiva Directiva 2012/27/UE relativa a la eficiencia energética, que obliga a los estados miembros a desarrollar una estrategia para la renovación exhaustiva y rentable de los edificios residenciales y comerciales, con el fin de mejorar el rendimiento energético del parqué inmobiliario y reducir su consumo de energía.
Parte de la solución pasa por, como hemos mencionado anteriormente, mejorar el aislamiento térmico de la instalación. Pero, además, dado el gran peso que los sistemas de calefacción central tienen en los edificios, mejorar la eficiencia energética de estos es fundamental para evitar el derroche energético en el sector residencial.
En Remica Servicios Energéticos somos conscientes, a través de nuestra dilatada experiencia, de la gran importancia de una correcta rehabilitación y gestión energética de las instalaciones térmicas. Además, somos una empresa pionera en ofrecer certificados de ahorros avalados por la entidad independiente TÜV Rheinland.
“Respecto al gasto que realizábamos en gasoil, hemos conseguido ahorrar 30.000 euros”, afirmaban María Eugenia Marcos y Amador Royuela, presidenta y expresidente de una de las comunidades de propietarios que acometieron la renovación de las instalaciones con Remica, donde sustituyeron su antigua caldera de gasoil por una de gas natural.
Muchas de estas comunidades que, por su antigüedad, tuvieron que renovar su sala de calderas, también optaron por realizar también la individualización, mediante la cual cada vecino paga por la calefacción que consume y puede regularla en función de sus necesidades.
“Hicimos la individualización porque muchos vecinos protestaban porque estaban pagando calefacción sin usarla. Nuestro edificio da a dos calles distintas y en una da mucho más el sol que en otra, así que mientras unos pisos son muy cálidos, otros muy fríos. Eso llevaba a que había un grupo de vecinos que decían que tenían que abrir las ventanas y que estaban pagando calefacción para tirarla. Por eso nos decidimos a hacer la individualización”, explica María Josefa Asenjo, presidenta de otras comunidades que gestiona energéticamente Remica Servicios Energéticos.