El sector energético se encuentra actualmente en un periodo de plena transición. Así lo cree la mayoría de directivos de setenta compañías líderes de diferentes países que han participado en la Encuesta Mundial del Sector Eléctrico y la Energía, elaborada por PwC.

De hecho, la mayoría de los directivos consultados coinciden en señalar que de aquí a 2030 veremos cambios significativos en el sector eléctrico y de la energía. ¿A qué cambios se refieren exactamente?

 

Nuevos hábitos de consumo

Los empresarios destacan que la tecnología está teniendo un importante impacto en los hábitos de consumo de los clientes, quienes a su vez son más conscientes de la importancia de reducir la factura energética y de mejorar en cuanto a eficiencia energética.

El aumento de las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos, que permiten disminuir la dependencia del petróleo,  es un ejemplo de ello.

Otro buen ejemplo es la incorporación de electrodomésticos y termostatos inteligentes en los hogares. Gracias a estos dispositivos los consumidores pueden adaptar el funcionamiento de estos aparatos a sus hábitos de consumo con gran precisión, lo que -especialmente en el caso de la calefacción y climatización- les permite ahorrar energía al tiempo que se aumenta el nivel de confort.

 

Más competidores

Otro de los resultados más llamativos es que gran parte de la innovación del sector “la están liderando actores que, en muchos casos, se encuentran fuera de la industria energética”.

Así pues, más del 70% de los ejecutivos encuestados considera que el incremento de la competencia en los próximos años procederá en gran medida del sector tecnológico, de la ingeniería eléctrica y de las telecomunicaciones, por lo que la industria energética “deberá abrirse a otras industrias y establecer acuerdos de colaboración con esos nuevos actores”.

 

Otro foco operativo

Otra de las conclusiones de la encuesta es que, según los directivos, variarán los modelos de negocio del sector energético ya que las smart cities (ciudades inteligentes), smart homes (casas inteligentes) y smart communities (comunidades inteligentes) cobrarán una mayor importancia durante los próximos años.

Desde PwC destacan que “avances similares se anticipan para otras áreas del sector como los sistemas e infraestructuras de energías locales (del 11% al 55% en 2030), vehículos y transporte eléctrico (del 11% al 51% en 2030), generación distribuida propia (del 8% al 48% en 2030), soporte a la generación distribuida de terceros (del 5% al 41% en 2030) o soluciones de energía no conectados a la red (del 3% al 37% en 2030)”.

 

Más atención a la sostenibilidad

Aunque en la actualidad, la mayoría de los directivos consultados destacan como factor fundamental la seguridad del suministro –por encima de la sostenibilidad económica y de la sostenibilidad medioambiental–, para 2020 se espera que cambien las tornas y que la sostenibilidad medioambiental, las energías renovables y las tecnologías limpias ganen importancia.

 

Nuevos riesgos

A los riesgos tradicionales del sector energético como, por ejemplo, los cambios regulatorios que puedan generar inestabilidad, o las dificultades para atraer inversión, los ejecutivos encuestados auguran la aparición de nuevos riesgos.

Así, para 2020 prevén que el sector vivirá nuevas amenazas debidas a la sofisticación de los ciberataques (75%); la disponibilidad de combustibles y el riesgo de precio y suministro (77%); las interrupciones de suministro (74%); y el incremento de emisiones y polución (75%).

 

Generación eléctrica descentralizada

La generación eléctrica descentralizada –también conocida como generación distribuida– consiste en utilizar gran cantidad de pequeñas fuentes de generación de energía eléctrica cerca de los puntos donde se consume. De ese modo se equilibra la generación de energía y se elimina la dependencia de las grandes centrales, al tiempo que se potencia el uso de energías renovables.

Los encuestados anticipan que para el 2020 la generación descentralizada supondrá entre el 10%-20% de la generación global. Y para el 2030, entre el 20%-30%. Casi la mitad de los encuestados (47%) indican que existe una probabilidad media/alta de que la distribución eléctrica descentralizada pueda desplazar a algunas utilities y convertirlas en proveedores de energía de respaldo.

 

Evolución diferente según cada país

Otra de las conclusiones importantes de la Encuesta elaborada por PwC es que el peso de las políticas estatales en el sector energético influirá sobre el modelo de negocio que se desarrollará en los próximos años en cada país/región.

En cuanto a España, Carlos Fernández Landa, socio responsable de Energía de PwC destaca que algunos de los aspectos que caracterizan al sector energético de nuestro país continúan siendo “la gran dependencia de fuentes de energía primaria externas, la limitación de la inversión en energías renovables en los últimos años, el exceso de capacidad de generación o la nueva regulación”.

Otro aspecto significativo es la condición de España como “isla energética”. A pesar del aumento de las interconexiones, nuestro país no está conectado suficientemente con Francia tanto en electricidad como en gas.

Factores todos ellos que, a juicio de Carlos Fernández Landa, condicionarán el panorama energético español para los próximos años.