Fuentes de energía y consumo energético

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Fuentes de energía y consumo energético

Las fuentes de energía pueden definirse como “fenómenos físicos o químicos de los que es posible explotar su energía con fines económicos o biofísicos”:

  • Fuentes de energía primaria son toda forma de energía disponible en la naturaleza, antes de ser convertida o transformada. Se considera energía primaria a los recursos naturales disponibles en forma directa (como la energía hidráulica, eólica y solar) o indirecta (después de atravesar por un proceso minero, como por ejemplo el petróleo, gas natural, carbón mineral, etc.) para su uso energético sin necesidad de someterlos a un proceso de transformación.
  • Fuentes de energía secundaria. Si la fuente de energía no es utilizable directamente, debe ser transformada en una fuente de energía secundaria.

En la industria energética se distinguen diferentes etapas: la producción de energía primaria, su almacenamiento y transporte en forma de energía secundaria y su consumo como energía final.

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Fuentes de energía y consumo energético en España

Según el informe La energía en España 2014 elaborado por el Ministerio de Industria, nuestro país avanza hacia una estructura energética más diversificada y equilibrada “con creciente participación de las fuentes de energías renovables y el gas natural”.

No obstante, la dependencia energética nacional sigue siendo alta y alcanza en la actualidad un valor del 71,8%, alrededor de unos veinte puntos por encima de la media europea. No obstante, los autores del informe detectan una disminución de este fenómeno desde 2005, “en paralelo a la evolución al alza de la penetración de las energías renovables en el sistema energético”.

Algunas de las observaciones destacables del informe sobre consumo y eficiencia energética son que:

  • Durante la primera mitad de la década 2000-2009 se produjo una tendencia al alza en la demanda de energía; una situación que empezó a cambiar en 2007, año en el que se comenzó a registrar una pauta de consumo decreciente y un retroceso en la demanda de los productos petrolíferos y del carbón.
  • La crisis económica posterior acentuó este fenómeno, consolidándose así una etapa de mayor estabilidad con tendencia a la baja en el consumo energético; en 2014 se registró una disminución del 1,7% en la demanda de energía primaria y un consumo de 118.413 ktep.
  • En 2014 se produjo una caída de la demanda del petróleo (1,2%) y del gas natural (9,3%), quienes conjuntamente contribuyen a la cobertura del 63% de la demanda energética del país.
  • También en 2014, las energías renovables experimentaron una ligera disminución del 0,2% en su consumo. Este fenómeno se debió, en gran medida, a la disminución de la demanda de la biomasa (-9,7%) y de la energía eólica (-3,1%), cuya contribución conjunta representa el 56,8% del consumo primario de energías renovables. Exceptuando estas dos fuentes energéticas, los restantes recursos renovables, en general, han evolucionado de manera favorable, con incrementos oscilando entre el 1,7% de la geotermia y el 16,0% de la energía solar.
  • Cabe destacar la situación de la energía solar, con una contribución del 18,0% al consumo total de energías renovables, cifra que se aproxima a la aportación de la energía hidráulica (19,5%). A ello contribuye la evolución de la energía solar termoeléctrica, que registra un aumento del 24,2% y, en menor medida la solar térmica, con un incremento del 8,5%.
  • En conjunto, la evolución de las energías renovables en 2014 ha supuesto una leve mejora en la cobertura a la demanda de energía primaria, alcanzando el 14,6%, frente al 14,4% del año anterior.

 

Objetivos energéticos en la Unión Europea

Los autores del informe La energía en España 2014  destacan que se han hecho progresos considerables para lograr los objetivos europeos en cuanto a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, las energías renovables y la eficiencia energética.

Recuerdan además que, en la Unión Europea, el marco de actuación de energía y clima acordado hasta 2030 contempla los siguientes objetivos a cumplir:

  • Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión por lo menos un 40% para el año 2030 con respecto a los valores del año 1990.
  • Que la cuota de energías renovables dentro del consumo de energía de la UE en 2030 sea como mínimo del 27%.
  • Se fija a escala de la UE un objetivo indicativo consistente en que la eficiencia energética mejore al menos en un 27% en 2030 con respecto a las previsiones de consumo energético futuro, sobre la base de los criterios actuales
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