“Un 47% de la energía que emplean los edificios se destina a confort térmico. Y gran parte de esta energía se desperdicia en el tejado, los aislamientos, los puentes térmicos…”. Así se expresaba el presidente del consorcio Passivhaus, Giorgio Grillo, durante un encuentro organizado por Diario de Noticias sobre edificación sostenible que se celebró el pasado 9 de mayo en Pamplona.

El Instituto Passivhaus es una entidad privada que lleva años trabajando junto al Gobierno de Alemania para establecer un estándar en lo que respecta a los edificios de consumo de energía casi nulo (EECN). Se trata de un estándar muy reconocido en el sector pero no el único y, además, actualmente cada constructora es libre de seguir unos u otros parámetros de eficiencia energética que aseguren que el consumo de dicho edificio sea prácticamente nulo.

El tema está más de actualidad que nunca gracias a la aprobación de la Driectiva Europea 2010/31 sobre Edificios de Consumo Energético Casi Nulo (Nearly Zero Energy Buildings, ZEB), que pretende reducir entre un 77% y un 90% el gasto energético de los energéticos. Un gasto que fundamentalmente se destina a la climatización de los edificios.

 

Ahorro en cifras

Se estima que, en una vivienda de 70 metros cuadrados construida hace más de treinta años, el consumo energético medio anual puede ser de 980 euros.

En cambio, un inmueble del mismo tamaño de menos de tres décadas, con la legislación actual, gasta 448 euros. Y un Edificio De Consumo Energético Casi Nulo (EECN), consume 105 euros.

¿En qué radica la diferencia? Según Giorgio Grillo, en que los EECN “mantienen” esa energía para lograr el confort de sus habitantes.

Beneficios tanto para la economía como para la salud de las personas

El derroche energético no solo afecta al bolsillo del consumidor final, sino también a la economía del país. “Solo en 2017 el déficit de energía aumentó en tres mil millones de euros. Si esta noche cambiásemos todas las ventanas por ventanas eficientes, ahorraríamos diez mil millones de euros”, sostiene el presidente del consorcio Passivhaus.

Mejorar para terminar con el derroche energético de los edificios también tiene un efecto positivo en la salud de las personas, que puede resentirse de forma grave debido al frío o calor excesivos.

Los retos a superar

Para Giorgio Grillo, uno de los grandes problemas es que la gran mayoría de profesionales del sector aún no se ha preparado.

Y recuerda que los productos y técnicas para llevar a cabo los Edificios de Consumo Energético Casi Nulo ya están disponibles en el mercado.

Así, por ejemplo,  se puede actuar sobre el aislamiento pasivo de una edificación, así como instalar dispositivos activos en ventilación, iluminación, electrodomésticos, etc.

El retorno de la inversión de este tipo de medidas está más que probado y no solo en términos económicos sino también en el confort  que proporcionan a sus habitantes.

El papel de las empresas de servicios energéticos

Las empresas de servicios energéticos como Remica trabajan para que las instalaciones funcionen de manera óptima, consumiendo la menor cantidad posible de energía.

Para más información, vista nuestra web www.remica.es o contacta con nosotros en el teléfono 91 396 03 00 o por email a remica@remica.es