revisar instalaciones RemicaEn febrero de 2014 el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid publicaba el Decreto 10/2014 por el que se aprobaba un procedimiento para llevar a cabo inspecciones de eficiencia energética en las instalaciones térmicas de los edificios.

Hasta ese momento, las empresas de mantenimiento realizaban las inspecciones desde la perspectiva de la seguridad, tratando de velar por el perfecto funcionamiento de las instalaciones y asegurar su vida útil.

Sin embargo, esta nueva normativa pone en juego otro concepto fundamental: el de la eficiencia energética. Así, el usuario de la instalación tiene la posibilidad de valorar el rendimiento de la misma y conocer –gracias al informe emitido por el consultor que realizar la inspección- cuáles son los puntos o áreas que se podrían mejorar.

De este modo, en el informe se le facilita al usuario información energética del estado de su sala de calderas o centro de generación de energía térmica, redes de distribución y sistemas de emisión de calor o frío. Asimismo, se lleva a cabo un inventariado de los equipos, del rendimiento de los mismos, las pérdidas energéticas y los consumos registrados, poniendo de manifiesto qué aspectos, desde el punto de vista de la eficiencia, se podrían mejorar en la instalación.

Una empresa de servicios energéticos (ESE), es la ideal para poder acometer este tipo de inspección energética, puesto que unos de los aspectos más importantes es el de conseguir los mejores resultados en lo referente a energía, además de incluir las tareas de mantenimiento preventivo y correctivo, seguimiento energético, implantación de MAE´s y estudios de viabilidad económica.

El resultado de ese informe puede ser, tal y como establece la orden 30 de julio 2014 del BOCM: aceptable, condicionado o negativo. En los dos últimos supuestos será obligatoria la intervención. Sin embargo, en el caso de que la instalación sea valorada como “aceptable”, los usuarios son libres de ejecutar o no las recomendaciones que se establecen en el informe.

No obstante, aun en este caso, conviene subrayar que hay medidas con tecnologías actuales que pueden permitir mejoras económicas en el consumo de combustible de hasta más del 40%. Entre ellas se encuentran la conversión a combustibles más económicos,  el cambio a equipos con mayor aprovechamiento energético o la aplicación de la individualización del consumo y sistemas de regulación en los emisores.

El cliente puede tomar dos caminos: dejar todo como está y seguir manteniendo en muchos casos instalaciones con una eficiencia energética baja, y por consiguiente, con unos costes económicos elevados; o bien, invertir esta situación e incorporar las medidas de ahorro energético que mejor se ajusten para poder así empezar a reducir costes, y por ende, conseguir un ahorro económico para la propiedad.

En este sentido, sería conveniente recordar que invertir en ahorrar es una medida que garantiza una reducción de costes que resultará rentable a corto o medio plazo.

Pablo Blanco
Director técnico de Remica