En julio de 2001, la Comisión Europea publicó el Libro Verde sobre Responsabilidad Social en las empresas, con el objetivo de potenciar la contribución del entorno empresarial al desarrollo sostenible, tanto de la sociedad como del medio ambiente.

La responsabilidad social corporativa (RSC) supone un conjunto de acciones que las empresas emprenden para que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad, afirmando y respetando los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos como en su relación con clientes, accionistas y proveedores, en definitiva, en la sociedad en su conjunto.

Los factores que impulsaron a la Unión Europea a dar este importante paso hacia la responsabilidad social de las empresas fueron fundamentalmente las nuevas inquietudes y expectativas de los ciudadanos, en un contexto cada vez más globalizado; la necesidad de una mayor transparencia en las actividades empresariales, facilitada por las tecnologías de comunicación; y la gran preocupación por el deterioro medioambiental.

En base a todo ello, la labor que tenemos las empresas es desarrollar prácticas socialmente responsables en nuestras relaciones internas y externas, y potenciar que estas relaciones se basen en el respeto a los principios éticos, propiciando además la cooperación con la sociedad con el alcance que a cada organización le sea posible en función de su actividad.

En estos momentos más que nunca, la innovación empresarial debe apoyarse no solo en el uso de la tecnología, sino que debe prestar atención para otorgar protagonismo a los valores y a las actitudes éticas. En una sociedad en la que predominan el conocimiento y la comunicación, la transparencia y la gestión de los valores marcará la diferencia entre las empresas con capacidad para atraer talento y mantener la satisfacción de sus clientes, y las que no podrán hacerlo.

Estas razones, unidas al firme convencimiento de que no hay otro camino para la solidez de las empresas que sustentarse en el respeto a los valores y a la cooperación, han hecho que Remica trabaje firmemente para incorporar a su día a día una forma de gestión sostenible.

Como empresa dedicada a la eficiencia energética, nuestra propia actividad diaria forma parte de nuestra política de responsabilidad corporativa. Contribuimos al desarrollo sostenible de la sociedad logrando disminuir el consumo de energía mediante la optimización de las instalaciones, con los beneficios que ello conlleva para el medio ambiente.

Nuestra voluntad de contribuir a evitar el cambio climático nos ha llevado a formar parte del Foro Pro Clima; una iniciativa promovida por el Ayuntamiento de Madrid que busca la suma de esfuerzos y liderazgo para luchar contra la contaminación atmosférica y sus consecuencias.

Desde el modelo de liderazgo hasta los planes de formación y desarrollo, pasando por programas de reconocimiento de la excelencia, trabajamos para promover iniciativas y actitudes de respeto en las relaciones humanas.

Muestra de todo ello son la misión, visión y valores de la compañía:

E iniciativas y modelos de comportamiento como los siguientes:

En definitiva, el compromiso de Remica es favorecer relaciones de colaboración con empleados, clientes, proveedores, accionistas y con la sociedad en su conjunto sustentadas en comportamientos éticos, favoreciendo una comunicación transparente y un estilo de liderazgo basado en principios y valores que redunde en beneficio de todos ellos, potenciando además la integración laboral de colectivos con mayor dificultad para acceder a un puesto de trabajo.

Mercedes Martínez Fernández
Directora de Recursos Humanos de Remica