El progresivo aumento del consumo energético mundial, que conduce al agotamiento de las reservas de las fuentes de combustibles fósiles así como a una degradación ambiental del planeta, ha llevado a que desde hace años la Unión Europea trabaje para conseguir una Europa eficiente energéticamente hablando. Con este fin, publicó en 2010 la Directiva 2010/31/UE que recogía la iniciativa “20-20-20” para 2020. Con ésta se pretendía lograr que en ese plazo los países miembros emitieran un 20% menos de CO2, consumiesen un 20% menos de energía y generasen el 20% de su energía primaria con fuentes renovables.

Ante la perspectiva del incumplimiento de las previsiones iniciales de este documento, la Unión Europea publicó la Directiva 2012/27/UE, que entrará en vigor el próximo 31 de diciembre de 2016, que dispone la obligatoriedad de instalar sistemas de medición individual de calefacción en edificios con una instalación central.

A partir del 1 de enero de 2017, tanto la contabilidad, como la información, lectura y liquidación individualizada de consumos debería ser obligatoria para todas las instalaciones térmicas de edificios existentes que cuenten con una instalación centralizada.

A la hora de evaluar la implantación de estas medidas debemos tener en cuenta que en una comunidad de propietarios el gasto en calefacción y agua caliente sanitaria puede suponer más del 60% y que, mediante la implantación de la individualización de consumo, se puede conseguir un ahorro de entre un 20 y un 30% en el gasto energético.

A ese ahorro se le suma la posibilidad de zanjar los conflictos que se producen en las comunidades de propietarios al afrontar los gastos ya que es común que surjan discrepancias entre los vecinos a la hora de establecer los parámetros de funcionamiento, la temperatura, el horario…

Con la instalación de sistemas que permitan la individualización de costes -ya sea mediante contadores o distribuidores de costes- y con la introducción de válvulas termostáticas en los radiadores, cada usuario final podrá controlar la temperatura de confort en cada una de las estancias de su casa. Así, esta tecnología le permitirá cerrar algún radiador o todos si va a ausentarse durante un periodo prolongado de tiempo, por ejemplo de vacaciones y, lo más importante: podrá controlar su gasto pagando únicamente lo que ha consumido.

A este respecto, conviene señalar que las válvulas a instalar, ya sean con cabezal termostático o sin él, deben permitir el equilibrado hidráulico de la instalación con el fin de que cada radiador reciba el caudal necesario para su correcta actividad. Además es necesario realizar actuaciones complementarias, como el empleo de bombas que permitan ajustar el caudal y la presión de la instalación a la demanda en cada momento o la instalación de válvulas de presión diferencial, asegurando el adecuado funcionamiento hidráulico del conjunto de la instalación. Por este motivo, la ejecución de estas instalaciones debe ser realizada por una empresa instaladora o mantenedora autorizada en instalaciones térmicas de edificios.

Como ya hemos dicho anteriormente, según la normativa europea, a partir del 1 de enero de 2017 la contabilidad, información, lectura y liquidación individualizada de consumos deberá ser obligatoria para todas las instalaciones térmicas de edificios existentes que cuenten con una instalación centralizada, pero ¿por qué esperar al último minuto? Estas medidas suponen un importante aumento de confort y un ahorro significativo en el gasto de calefacción. Además ahora los usuarios se pueden beneficiar de ayudas como el Plan Renove que puso en marcha para 2014 la Comunidad de Madrid con el objetivo de facilitar a las comunidades de propietarios la instalación de repartidores de costes y válvulas con cabezal termostático en los radiadores. Es de suponer que durante el 2015 se mantendrán estas ayudas, pero no así en 2016.

Otro inconveniente que puede tener el esperar al último momento es el posible colapso del sector de instaladores y/o mantenedores. Por poner un ejemplo, sólo la Comunidad de Madrid cuenta con un parque de unas 400.000 viviendas con instalación centralizada, con aproximadamente 2.800.000 radiadores. Hasta 2014 se ha intervenido aproximadamente en 150.000 radiadores, es decir, entre 2015 y 2016 se tendría que actuar de media en 1.325.000 radiadores.

Ante este reto que se plantea, desde Remica animamos a los usuarios a que lleven a cabo la individualización de su instalación cuanto antes, no sólo para adaptarse a la nueva normativa, sino también para conseguir un mayor bienestar en su hogar, ahorrar en su factura energética y contribuir a un futuro más eficiente y sostenible para todos.

 

D. Carlos Braojos
Director de Producción de Remica