La aprobación, el pasado sábado 12 de febrero, del Real Decreto 56/2016 que transpone la Directiva 2012/27/UE  sobre eficiencia energética debe considerarse una noticia positiva habida cuenta de lo mucho que ha tardado en materializarse; un retraso que motivó que, en octubre de 2015, la Comisión Europea abriera un expediente sancionador a España.

Sin embargo, llama la atención que el Real Decreto haya transpuesto la Directiva parcialmente y que no incluya la individualización y control de los consumos energéticos en cuanto a climatización de edificios existentes, sobre todo porque la norma europea lo deja claro: las viviendas con un sistema centralizado de calefacción deben instalar contadores o medidores individuales antes del 1 de enero de 2017.

Es decir, que la transposición del Real Decreto está incompleta en este asunto y deberá incorporarse al ordenamiento jurídico español en próximas fechas. “Somos conscientes de que todavía queda por dar un último gran paso, ya que está pendiente de transponer al mercado español el artículo referente a la individualización”, señalan desde la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (ANESE).

De la misma opinión es la Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción (AERCCA). «Nos explican que el Real Decreto de Eficiencia Energética no lo incluye por encontrarse en funciones y con limitaciones en la aprobación de ciertas normativas, lo que nos lleva a pensar que se trata de una decisión temporal y a instar a que el próximo Ejecutivo apruebe su transposición cuanto antes y no se espere a última hora para evitar sanciones a los consumidores“, asegura Ignacio Abati, presidente de AERCCA.

El vacío regulatorio en materia de individualización es una mala noticia tanto para la economía del país –según AERCCA se crearían medio millar de puestos de trabajo anuales – como para los consumidores.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), de aprobarse, supondría un importante ahorro energético para los usuarios, y se racionalizaría el consumo de calefacción en un país donde el gasto energético de las familias es elevado. “Con la instalación de sistemas de contabilización individuales y sistemas de control, como son las válvulas termostáticas, cada hogar podría contar con información sobre su consumo en calefacción incluso por estancias de cada vivienda, otorgándoles así capacidad para tomar decisiones”, explican desde la OCU.

 

Medidas contempladas en el Real Decreto

Entre los principales aspectos en el Real Decreto 56/2016 destaca el plazo  para realizar las auditorías energéticas obligatorias en grandes empresas, que será de nueve meses a partir de la aprobación del texto. Además, estas auditorías deberán repetirse como mínimo cada cuatro años a partir de la fecha de la auditoría energética anterior.

El Real Decreto también determina qué requisitos deben cumplir quienes ejerzan la actividad profesional como proveedor de servicios energéticos o como auditor energético.

Además, los proveedores de servicios energéticos deberán suscribir un seguro de responsabilidad civil y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) contará con un listado de proveedores de servicios energéticos habilitados.

 

La importancia de la eficiencia energética para Europa

Según se expone en el RD, la eficiencia energética es un aspecto esencial de la estrategia europea para un crecimiento sostenible y una de las formas más rentables para reforzar la seguridad del abastecimiento energético y para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de otras sustancias contaminantes. Este es el motivo por el que la Unión Europea se ha fijado como objetivo para 2020 aumentar en un 20 por ciento la eficiencia energética, objetivo que de momento no lleva camino de cumplirse.

Esta situación demuestra que la concienciación por sí misma no es suficiente: hace falta tomar medidas que nos permitan avanzar hacia una sociedad donde la eficiencia energética sea cada vez más importante, eliminando barreras administrativas e inseguridades regulatorias y evitando, en cualquier caso, retrasos en la transposición de las directivas europeas a sus países miembros como el que hemos vivido y como el que todavía estamos sufriendo con respecto a la individualización.